Estaba sentado en la orilla echando un trago, había sido un día duro, demasiado estrés, necesitaba uno o dos sorbos para relajar, el trabajo, aunque sea a distancia quema, y ese día el móvil no dejo de sonar, casi lo estampo contra el muro del paseo.
Había quedado con Jimmy para beber reír y olvidar, por ese escrupuloso e inalterable orden, pero el cabrón siempre llegaba tarde, no sé como lo hacía, además no se excusaba, daba igual, él llegaba cuando llegaba y punto, no había más.
Seguí bebiendo, expandiendo mi mente en el horizonte, tenía el mar a unos metros y no se estaba nada mal, era ese tipo de soledad escogida que gusta y engancha.
Absorto en mi nada llego Jimmy, venia borracho perdido, se tiro a mi lado y empezó a reír, entramos directamente en fase dos, reímos y reímos, yo no sabía de qué ostias nos descojonábamos pero… que mas daba, risoterapia o algo así lo llaman, ¿no?
Jimmy: ajajajaj jajajajaja.
Mi dice: ajajajjajajajajaja.
Jimmy: ajajajaj jajajajaja.
Mi dice: pero Jimmy, ¿que pasa?
Jimmy: ajajajaj jajajajaja.
Mi dice: ajajajaja jajajjajajaa.
Jimmy: ha vuelto.
Mi dice: ¿quien ha vuelto?
Jimmy: ella.
Se jodieron las risas.
Jimmy no solía hablar mucho, era un tipo listo pero hiperactivo, no focalizaba, siempre estaba disperso, tu le decías algo y el simplemente estaba, pero esa noche hablo, dijo ella, clara y nítidamente ella, y ella solo podía ser su primer y único love.
Mi dice: no la iras a ver Jim.
Jimmy: ya la he visto.
Mi dice: que! ¿porque?.
Jimmy: tenía que hacerlo.
Se levanto, me miro a los ojos con pena profunda, enfoco como nunca, elevo su corazón a la mirada, me clavo. De esa historia hacia más de 8 años pero Jim nunca la olvido, él trabajaba en el chiringuito recogiendo vasos, ella vino a pasar 15 días a la playa y se quedo dos años, eran felices, nunca vi a Jimmy así, de repente un día, todo voló, se fue, lo dejo sumido en la inopia.
Mi dice: Jimmy, ¿que la dijiste?
Jimmy: la pregunte por qué.
Mi dice: ¿y?
Jimmy: dice que se canso, que necesitaba algo más…
Mi dice: ¿y lo encontró?
Jimmy: se ve que si, esta con un tipo, tienen un niño, seguro que dinero, no es un tirado.
Mi dice: ven aquí tirao.
Había quedado con Jimmy para beber reír y olvidar, por ese escrupuloso e inalterable orden, pero el cabrón siempre llegaba tarde, no sé como lo hacía, además no se excusaba, daba igual, él llegaba cuando llegaba y punto, no había más.
Seguí bebiendo, expandiendo mi mente en el horizonte, tenía el mar a unos metros y no se estaba nada mal, era ese tipo de soledad escogida que gusta y engancha.
Absorto en mi nada llego Jimmy, venia borracho perdido, se tiro a mi lado y empezó a reír, entramos directamente en fase dos, reímos y reímos, yo no sabía de qué ostias nos descojonábamos pero… que mas daba, risoterapia o algo así lo llaman, ¿no?
Jimmy: ajajajaj jajajajaja.
Mi dice: ajajajjajajajajaja.
Jimmy: ajajajaj jajajajaja.
Mi dice: pero Jimmy, ¿que pasa?
Jimmy: ajajajaj jajajajaja.
Mi dice: ajajajaja jajajjajajaa.
Jimmy: ha vuelto.
Mi dice: ¿quien ha vuelto?
Jimmy: ella.
Se jodieron las risas.
Jimmy no solía hablar mucho, era un tipo listo pero hiperactivo, no focalizaba, siempre estaba disperso, tu le decías algo y el simplemente estaba, pero esa noche hablo, dijo ella, clara y nítidamente ella, y ella solo podía ser su primer y único love.
Mi dice: no la iras a ver Jim.
Jimmy: ya la he visto.
Mi dice: que! ¿porque?.
Jimmy: tenía que hacerlo.
Se levanto, me miro a los ojos con pena profunda, enfoco como nunca, elevo su corazón a la mirada, me clavo. De esa historia hacia más de 8 años pero Jim nunca la olvido, él trabajaba en el chiringuito recogiendo vasos, ella vino a pasar 15 días a la playa y se quedo dos años, eran felices, nunca vi a Jimmy así, de repente un día, todo voló, se fue, lo dejo sumido en la inopia.
Mi dice: Jimmy, ¿que la dijiste?
Jimmy: la pregunte por qué.
Mi dice: ¿y?
Jimmy: dice que se canso, que necesitaba algo más…
Mi dice: ¿y lo encontró?
Jimmy: se ve que si, esta con un tipo, tienen un niño, seguro que dinero, no es un tirado.
Mi dice: ven aquí tirao.
Lo cogí del hombro y nos volcamos en la arena mirando al cielo, al millón de estrellas que nos contemplaban, le dije que esperase, que alguna noche caería su estrella, y el, desde su barra estaría allí para cogerla, en el mejor sitio donde se puede estar, tirado en la frontera del cielo y de la tierra.
Al rato se levanto y se fue, mis palabras lo dejaron igual, pero él ya no era el mismo, apure el último tercio y la dormí en la arena.
Hay noches en que las cosas cambian, y si no cambian las cosas, cambia uno.
Un relato de: David P. Zarain ( http://davidzarain.blogspot.com/)
Ilustrado por: Ivan De Hojas ( http://astrogorestudio.wor dpress.com/)
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